Francia, el país de la UE más crítico con el proyecto de acuerdo de asociación con Mercosur, reiteró en las últimas horas su rechazo al pacto por motivos medioambientales y exigió a esos países suramericanos más protección a la Amazonía y mayor compromiso con el Acuerdo de París sobre el clima.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ya había amenazado con vetarlo en agosto de 2019 y la comisión independiente de expertos al que su Gobierno encargó un informe para analizar su impacto respaldó este sábado su postura.
“El nivel de ambición de ese proyecto de acuerdo es insuficiente como herramienta para que nuestros socios comerciales asuman mejor el problema climático y la protección de la biodiversidad, principalmente a través del respeto del Acuerdo de París“, indicó el comunicado difundido por el Ejecutivo galo.
Las negociaciones que abrieron la puerta a la firma de ese acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay finalizaron en junio de 2019 en materia comercial y el pasado junio en cuestión de diálogo político y cooperación.
Sus cifras están a la altura de la importancia de ese pacto: 20 años de discusiones, un mercado que engloba a casi 800 millones de personas y un comercio de bienes entre ambas partes que según la Comisión Europea se eleva a más de 80.000 millones de euros (unos 94.400 millones de dólares) anuales.
Según el grupo de estudio, el pacto implicaría la deforestación de 700.000 hectáreas en los seis años tras su aplicación, ya que para abastecer el aumento de hasta el 4% de carne bovina destinada a Europa se precisarían zonas de pastoreo extra en el Mercosur (Mercado Común del Sur).
En esta línea señalan que la unión provocaría un aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, con un cúmulo que alcanzaría las 6,8 millones de toneladas equivalentes de CO2
Pese a su perfil crítico, Francia no es la única nación a la que el pacto no le huele bien. Países Bajos y Austria lo rechazaron en su forma actual. Bélgica, Irlanda y Luxemburgo se mostraron reticentes. Mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, expresó “serias dudas” sobre su entrada en vigor, que podría pasar antes por el Consejo Europeo.
En la teoría, el acuerdo, cuyas negociaciones comerciales terminaron en junio del año pasado y cuyo diálogo político finalizó este junio, supone una oportunidad para la Unión Europea, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Es un mercado que engloba a casi 800 millones de personas y un comercio de bienes que superaría los 80.000 millones de euros cada año (unos 94.400 millones de dólares).
El agravamiento de la deforestación de la Amazonía y los desencuentros al respecto entre Macron y su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, acabaron de tensar la relación y de asentar las dudas francesas.
La semana pasada una treintena de ONG había pedido a Macron que “entierre definitivamente” el acuerdo de asociación por su efecto “desastroso” sobre el clima, los bosques y los derechos humanos.
(Fuente: Medios digitales)