jueves, 28 marzo, 2024

Siniestras estrategias del supuesto líder para captar víctimas en Oberá

Rolo Angelotti manejó diversos emprendimientos en Oberá y siempre se rodeó de chicos. Les hacía regalos y les daba trabajo, modus operandi que se extendió por más de 20 años

Hasta hace seis días, Francisco Rolando Angelotti Notarbartolo (46), alias Rolo, era un personaje extrovertido que mostraba una faceta de emprendedor en el rubro gastronómico. En la misma propiedad donde vivía tenía una pizzería delivery y era un habitual parrillero del Pabellón Argentino del Parque de las Naciones.

También es cierto que desde que llegó a Oberá, hace alrededor de 17 años, manejó varios negocios que siempre estuvieron teñidos de informalidad y hasta fueron objeto de sucesivas clausuras, como pasó con el ciber-panchería y el boliche.

Asimismo, estuvo al frente de una academia de artes marciales y fue profesor de informática en un instituto terciario.

Es decir, cada uno de sus emprendimientos y actividades fueron diseñadas para rodearse de jóvenes, lo que cobra relevancia ante la grave acusación que ahora pesa en su contra.

El fin de semana pasado, Rolo Angelotti (como él mismo se presentaba) trabajó con normalidad en su pizzería Pizzas Porteñas, de calle Ralf Haupt, de Oberá.

La de anchoas, fugazzeta y la especial de la casa eran las más pedidas, según habituales clientes que reconocieron la calidad del producto que ahí se preparaba.

Lo que ni los clientes ni el propio Angelotti imaginaban era que todas las comunicaciones del pizzero estaban siendo monitoreadas por la División Trata de Personas de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, en el marco de una investigación por corrupción de menores.

Así, entre pedidos de comida, quedaron grabadas conversaciones aberrantes entre Angelotti y varios cómplices de una red de pederastas que operó por lo menos desde 1999, según la investigación del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 48, a cargo del juez Javier Sánchez Sarmiento.

Dos décadas de abusos
En base a la denuncia de un joven identificado en el expediente como VÍCTIMA 1, quien acudió a la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), más cien horas de escuchas telefónicas y pesquisas de rigor, el lunes pasado se concretaron varios allanamientos en simultáneo en localidades de la Provincia de Buenos Aires y en Oberá, donde capturaron a Rolo Angelotti.

El caso explotó a nivel nacional debido a que entre los implicados figura Marcelo Adolfo Corazza (50), ganador de Gran Hermano 2001 y productor del actual ciclo del reality.

También fueron detenidos Andrés Fernando Charpenet y Raúl Ignacio Mermet.

A los cuatro se los acusa de “haber montado (junto a otras personas aún no individualizadas) una estructura destinada a reclutar menores y mayores de edad en situación de vulnerabilidad, con el fin de someterlos a la práctica de relaciones sexuales y a la explotación sexual sin su consentimiento, ya fuere por intercambio de dinero o por satisfacción personal o de terceros”, según se cita en el expediente al que tuvo acceso este matutino.

La investigación en curso también tendría probaba la permanencia en el tiempo de un idéntico modus operandi que se extendió por los menos por 24 años.

En ese sentido, si bien Angelotti figura como “misionero” en la causa, estaría así catalogado porque reside en la provincia desde hace más de 20 años.

En tanto, según la investigación en marcha, ya en 1999 abusó de un menor en Buenos Aires.

También existen testimonios de que cursó parte de la secundaria en la localidad de Concepción de la Sierra, donde nunca se integró demasiado con sus compañeros de aquel momento.

Los rastros de Angelotti
Rolo Angelotti también residió en Apóstoles, un dato no menor, ya que en aquella localidad fue denunciado por abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores, según consta en la causa 2376 del 2005.

Por aquel hecho estuvo detenido en la Unidad Penal VI de Procesados de Posadas. Pero ante sucesivos recursos de su defensa la causa derivó en “estupro” y finalmente fue archivada.

Según varias fuentes consultadas, hay consenso en que Angelotti llegó a Oberá entre 2006 y 2007, es decir posterior a la denuncia por abuso que tuvo en Apóstoles.

Su primer emprendimiento local fue un ciber ubicado sobre avenida Sarmiento, frente al Casino, donde más tarde anexó una panchería.

En el lugar se congregaban menores y jóvenes, algunos de los cuales pasaban de clientes a empleados del local, un accionar que luego se replicaría en los otros emprendimientos del implicado.

Una de las características del ciber era que nunca se encendían las luces, lo que le otorgaba un aspecto sórdido. El local (donde hoy funciona una tienda de ropa) dispone de un sótano donde también había computadoras, aunque era un sector con acceso restringido.

“En esa época había muchos gurises que pedían en los semáforos y cuidaban autos frente al Casino, y de ahí se iban al ciber de Rolo. Él se hacía amigo de la gurisada, les dada de comer, regalos o algún trabajito. Después hizo lo mismo en el boliche: siempre contrataba chicos muy jóvenes. Incluso un par de veces le clausuraron por presencia de menores. Y en la pizzería lo mismo, también le dio a trabajo a jovencitos”, recordó un allegado a Angelotti que pidió la reserva de su identidad.

Las primeras víctimas
Este último aporte grafica el modus operandi que habría desplegado Rolo Angelotti durante más de 20 años, tal como lo determinó la investigación judicial en marcha.

“Esto habría ocurrido en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como en la provincia de Misiones y en la provincia de Buenos Aires; ello desde al menos el año 1999 hasta el momento de su detención”, dice el expediente.

Angelotti está acusado de abusar sexualmente con acceso carnal de VÍCTIMA 1 entre los años 1999 y 2001 o 2002, cuando el denunciante tenía entre 11 y 13 años. Ambos residían en Buenos Aires y se conocieron por internet en sitios de chats.

También habría abusado de VÍCTIMA 2 en reiteradas ocasiones durante los años 2001, 2002 y 2003, cuando el damnificado tenía entre 12 y 15 años, aproximadamente. Se conocieron en las clases de teatro a la que asistían junto a VÍCTIMA 1.

Según la investigación, ya en esa época Angelotti llevaba jóvenes y niños menores de edad desde Misiones a Buenos Aires y se quedaban viviendo con él.

“Por otra parte, ofrecía los servicios sexuales de VÍCTIMA 1 y VÍCTIMA 2 a terceras personas, presumiblemente a cambio de dinero, desde el año 1999 hasta el 2003, ocurriendo ello presumiblemente en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires”, cita la causa con detalles aberrantes que se preservan.

Ya en 2001, mientras VÍCTIMA 1 se hallaba con Angelotti y VÍCTIMA 3 (aún no identificada) cuando el imputado le dijo al primero que tenía a alguien que lo quería conocer. Esa persona, según la denuncia, sería Marcelo Corazza.

Reclamo en Oberá
A pesar de las inclemencias climáticas, medio centenar de personas se congregó ayer frente a la casa de Francisco Rolando Angelotti Notarbartolo (46), considerado el líder a la banda criminal dedicada a la explotación de menores con base en Oberá.

La manifestación se realizó sobre calle Ralf Haupt 1768, en cuyo frente los manifestantes colocaron carteles alusivos a los derechos de los niños y en reclamo de justicia para las víctimas de abuso sexual.

Rodrigo Benítez, presidente del Colectivo Diverso Oberá, agradeció la participación de los asistentes y remarcó la necesidad de concientizar y combatir los delitos de trata, corrupción de menores y abuso.

Asimismo, consideró que “esta red que ahora quedó al descubierto demuestra que existieron muchas complicidades, porque de lo contrario no hubieran podido actuar durante tanto tiempo. Se debe investigar a fondo y tienen que caer todos los responsables”.

Benítez insistió en que “a los niños se les debe enseñar que nadie tiene derecho sobre sus cuerpos, y para eso es importante que la implementación de la ESI (Educación Sexual Integral) en las escuelas”.

Un momento muy sensible se dio durante la lectura de una carta escrita por una víctima de abuso sexual que se hallaba en el lugar y sufrió una descompensación al rememorar aquel tormento, lo que grafica la persistencia de las secuelas del ataque.

El reproche de un amigo obereño

En un tramo del expediente a cargo del juez Javier Sánchez Sarmiento y del fiscal Patricio Lugones se resalta una conversación entre Francisco Rolando Angelotti Notarbartolo y un amigo obereño, quien le reprocha su aparición pública con menores.

“Le pide que no lo siga haciendo; le afirma que, en otra ocasión, el imputado ‘terminó de joda con un gurisito’ y que va a fiestas clandestinas con niños”, cita la causa.

En un momento dado, Angelotti nombra a sus víctimas (hermanos entre sí) y se corrobora que son menores de edad.

Por otro lado, ante el reclamo de su amigo, el acusado le responde “vos me tenés envidia porque te gustaría salir con nenitos de esa edad”.

También existe la certeza de que los dos hermanos nombrados residen en Oberá, al tiempo que al menos uno de ellos viajó con Angelotti a la provincia de Buenos Aires en dos ocasiones, como mínimo.

A lo largo de la investigación quedó en evidencia que los imputados se jactaban de que sus víctimas fueran menores, ya que los nombraban como “el chiquitín”, “gurisito”, “cachorrito”, “baby” o “mini harem”.

El Gran Hermano

Si bien las pesquisas, en principio VÍCTIMA 1 se negó, Angelotti lo convenció “diciéndole que hiciera el intento, que lo iba a cuidar y que si no quería no iba. Así fue como se dirigieron los tres a la plaza Miserere”. “Al llegar, se colocaron ambos autos a la par y, del otro, bajó la ventanilla Marcelo Corazza. VÍCTIMA 1 se sintió atraído por la situación ya que recientemente había resultado ganador del reality Gran Hermano. Ello lo llevó a pasarse a su rodado”, precisa la investigación judicial.

Corazza condujo hasta Costanera Sur, estacionó el auto y abusó del chico. Luego la víctima volvió al coche de Angelotti, quien lo aguardaba en el mismo lugar.

En otro tramo del expediente se consigna que Angelotti llevó a Buenos Aires a un nene “de no más de 9 años con acento misionero”.

Según declaró VÍCTIMA 2, los tres se fueron a un albergue transitorio y tuvieron sexo.

Al detenido en Oberá también se lo acusa de haber acopiado material de pornografía infantil, tal como se desprende del aporte de dos de las víctimas.

Por otra parte, de las diferentes escuchas telefónicas de 2022 y principios de 2023 determinaron que Angelotti mantenía relaciones sexuales con un adolescente de 16 años, aunque ello habría comenzado cuando la víctima tenía 15.

Para la justicia, como parte del plan para lograr la confianza y la captación de las víctimas, los implicados los invitaban a viajes, les compran ropa y hasta les conseguían trabajos, lo que se corrobora en el caso de Angelotti, quien en todos sus emprendimientos empleaba a jovencitos.

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