martes, 23 abril, 2024

Por elevada demanda, intensifican el trabajo integral y nutricional en cocinas de Misiones:

El amplio plan Argentina Contra el Hambre que el gobierno nacional puso en marcha ya comenzó a desarrollarse en las provincias, con la urgencia que la situación demanda. No sólo basado en la tarjeta Alimentar como herramienta para la compra de alimentos, sino también ubicando el foco en la nutrición integral de los beneficiarios, mediante capacitaciones y acompañamiento continuo. 

Las ferias francas son primordiales dentro del programa de acceso a una buena alimentación, pero así también las cocinas centralizadas y comedores, puesto que miles y miles de familias se valen de ellos para contar con un plato de comida al día. 
Fue el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, quien desde un primer momento destacó el trabajo que se viene llevando a cabo en Misiones. Afirmó -en la visita que realizó el pasado 17 de enero – que se buscará replicar el modelo de la tierra colorada en las demás provincias.

En municipios como Oberá y Montecarlo, la cocina funciona a contrarreloj para alimentar a unas 2.200 personas. En la zona de San Pedro, son protagonistas los merenderos, que asisten a más de 2.000 niños, embarazadas y adultos mayores, al igual que en Irigoyen, donde se suma además el comedor comunitario, con unos 100 comensales, como también sucede en Eldorado con los lugares de asistencia. 
No obstante, Arroyo llamó a intensificar el trabajo y a cambiar la mirada: ya no sólo se trata de contar con una porción de comida, sino de ahondar en la buena nutrición, principalmente de los niños. 

Relevamientos:

Sin tiempo que perder, el ministerio de Desarrollo Social de la provincia puso en funcionamiento un sistema de trabajo más profundo en estos aspectos, que incluyó -entre otras cosas- relevamientos a las cocinas centralizadas, comedores y una evaluación de la situación en general. 
En este sentido, Florencia Córdoba, responsable del área de Nutrición, detallo la labor que vienen llevando a cabo. En la última semana, cinco nutricionistas del área iniciaron el relevamiento en los 74 comedores de la ciudad capital, que dependen de las cocinas centralizadas de los barrios Santa Rita, Itaembé Miní y del Mercado Central. 
“En estos relevamientos se verifica la calidad de la comida, la consistencia, la temperatura, los ingredientes, todo, porque buscamos que sea la comida como en casa”, especificó la profesional. 
Asimismo, determinó que en los casos verificados “encontramos todo en orden e incluso en las consultas que le hicimos a la gente de los comedores, también se mostraron conformes”. 

Empero, el programa también integra un minucioso seguimiento a las familias, principalmente a los chicos. “Nos pidieron que hagamos operativos para detectar bajo peso, o bien obesidad, que es un común denominador debido a la mala alimentación que suele tener el niño, porque el comedor o merendero abarca una comida, pero luego es la familia la responsable de la buena nutrición”, adujo. 
Por ese motivo, insistió en que se trabaja intensamente en capacitar sobre lo que se debe comprar (focalizando en leche, carne, verduras y frutas), y la manera de conservar. “La idea es que puedan aprovechar al máximo las herramientas con las que cuentan, como la tarjeta Alimentar”, observó Córdoba. 
Así también, junto a la Universidad Popular de Misiones, instrumentan un programa de formación de cocineros comunitarios, en lo que respecta a manipulación de alimentos y nutrientes. 

Cabe señalar que de los 74 comedores, 30 responden a organizaciones sociales y el resto a comisiones barriales. A cada comedor se lleva una olla con un promedio de 160 porciones, dependiendo del barrio y la demanda que tengan.
Córdoba determinó también que, debido a la suspensión de las clases por el receso, aumentó la demanda de raciones. Se llenan las ollas para alcanzar unas 180 porciones, siendo que en la época escolar se repartían entre 100 y 130 porciones. Por semana se reparten unas 216 ollas y la que más demanda tiene es la ubicada en Miguel Lanús.

Manos obereñas :

Desde la cocina centralizada de Oberá, cocinan para 2.200 personas, comida que se distribuye en comedores, escuelas y merenderos. Aseguran que la comida cumple con la nutrición correspondiente. Además asisten con los elementos para los merenderos de diferentes puntos de la ciudad.
“La cocina centralizada sigue con su trabajo diario, sin cortarlo, y hoy se está preparando 2.200 porciones diarias, dato que se conoce por el último relevamiento que se realizó entre los meses de noviembre y diciembre del año pasado, o sea, menos de un mes tenemos registrado los datos”, explicó Pablo Ullón, director de Acción Social de la Municipalidad.

En total, se distribuye la comida en 29 puntos de la ciudad entre comedores y escuelas. Actualmente hay doce comedores en la ciudad, y se están analizando nuevos petitorios que fueron realizados por nuevos barrios, que ya cuentan con merenderos.
“Con respecto a los merenderos, el municipio atiende a 40 puntos, distribuidos en diferentes barrios, en principio recibían ayuda de Nación, pero en un momento del 2017 cortaron las raciones y desde ese momento hasta ahora es el municipio quien absorbe los gastos de ayuda a cada merendero”, reconoció Ullón a este medio. 
De su lado, el nutricionista a cargo de la cocina centralizada, Marcelo Vellbach, aseguró la calidad de la comida. “Por las características de cocina centralizada, se realizan preparaciones tipo guisado en ollas, con una variación del menú que es armónico con hidrato de carbono, proteínas, grasas y lípidos”, indicó.
El menú es variado y durante la semana se cocina polenta, arroz con pollo, locro, poroto, arvejas con arroz o lenteja, se utiliza carne molida, cerdo y pollo, tratando que sea homogéneamente distribuida.

Asistencia en Montecarlo:

La cocina centralizada de Montecarlo es una política de asistencia alimentaria llevada adelante por la Municipalidad. Contempla un espacio físico donde se elaboran 2.200 raciones diarias de lunes a viernes, las cuales cumplen con las funciones nutricionales, testeadas por profesionales de la materia. 
Estas raciones (locro, poroto, lenteja, arveja, polenta) se distribuyen en 33 barrios de la comunidad, donde en cada uno hay un número de beneficiarios que a través de una entrevista acceden al beneficio y son asistidos, haciendo hincapié en población de niños, adultos mayores, discapacitados, mujeres en gestación o en períodos de lactancia.
La comida es redistribuida en cada barrio por una persona designada por la comisión vecinal, y cada persona lleva a su casa la porción, fortaleciéndose así los vínculos familiares, el compartir en la mesa el almuerzo en familia, y todo lo que ello conlleva para el fortalecimiento de los valores familiares.
La cocina se financia con fondos netamente municipales, que salen de los impuestos de los contribuyentes de la comunidad. Además, en dicho espacio, se realiza una amplia oferta de cursos para emprendedores o personas interesadas, como ser, panadería, pastelería, cocina navideña, cocina de Pascuas, cocineritos, entre otros. 

Refacciones de los comedores:

Para mejorar las instalaciones de las cocinas, el Ministerio de Desarrollo Social y la Dirección de Arquitectura iniciaron las refacciones de infraestructura de las cocinas centralizadas. En la zona Sur, realizan mejoras integrales en el techo, el sistema eléctrico, instalaciones sanitarias y aberturas. En Santa Rita arreglaron el tejido perimetral, las conexiones eléctricas y cambio de cerradura. Las tareas se hacen de manera progresiva, una cocina a la vez, en un plazo de dos a tres semanas por obra. Además se incorporaron equipamientos nuevos a los comedores como ollas y quemadores. En Santa Rita se agregaron 19 quemadores y 20 ollas de 180 litros, mientras que en Itaembé Miní 18 quemadores y quince ollas de 180 litros. En el caso de la cocina del Mercado Central, una vez que culminen las refacciones se acercarán nuevos insumos. De esta manera, el gobierno provincial avanza en atender la necesidad de alimentación que tienen los sectores más vulnerables en Posadas.

Apuntan a profundizar el trabajo en comedores:

Tanto en Eldorado como en Bernardo de Irigoyen, los comedores son fundamentales para el sostenimiento de muchas familias. 
En el caso de Irigoyen, existe un comedor comunitario en el barrio Vista Alegre a cargo de Acción Social y funciona todos los sábados, con la asistencia de entre 80 a 100 niños tanto del barrio y alrededores.
Por otro lado, el municipio, a través de la Dirección de Acción Social, colabora con seis merenderos en total, de distintas organizaciones sociales, que funcionan tanto en barrios de Irigoyen como en el paraje Dos Hermanas, algunos desde hace más de tres años con la asistencia de entre 30 y 50 niños dos o tres veces a la semana.
Asimismo, desde el año pasado, en Dos Hermanas funciona un merendero y comedor de la Organización FOL, donde se sirve la merienda a más de 70 niños y adultos mayores. 
Por su parte, en Eldorado, se desconoce fehacientemente el número de comedores y beneficiarios que hay, por lo que se procederá a realizar un relevamiento. En un primer momento, se había estimado que existen unos 70 comedores y merenderos.
El relevamiento estará a cargo del Consejo Municipal de Seguridad Alimentaria, principalmente del área de acción social del municipio, que se constituyó el 30 de diciembre, y es uno de los requisitos necesarios para acceder a los beneficios que están fijados en la Ley de Emergencia Alimentaria Provincial, que establece un monto de 400.000 pesos mensuales para asistir a los comedores de Eldorado.
Miriam Grondona, del Movimiento de Trabajadores Excluidos, manifestó que tienen un total de 8 comedores y merenderos distribuidos en diferentes barrios de la ciudad que asisten diariamente a más de 600 personas, y que la situación se agravó ante el receso escolar ya que muchos niños desayunaban en las escuelas y hoy no lo pueden hacer ante el cierre de las mismas.
Por su parte, integrantes del Polo Obrero manifestaron en una de las marchas que realizaron solicitando la implementación de la ayuda a los comedores y merenderos, que la situación en el último año alcanzó niveles dramáticos: en el relevamiento que hicieron ellos en los barrios encontraron alrededor de 7.000 personas que no pueden alimentarse correctamente, habiendo un incremento importante en el número de personas mayores y de la tercera edad que solicitan ayuda en los comedores.
Una muestra de la preocupación de la sociedad por la realidad social es la conformación de la agrupación Ayudar x Ayudar que para Navidad organizó el reparto de más de 1.200 platos de comida gratuitos.
Actualmente Ayudar x Ayudar se encuentra abocado a una nueva campaña denominada “Sábados sin hambre” que comenzaría en el mes de marzo, con la recolección de alimentos. 

Cada vez más chicos asisten a merenderos en San Pedro:

San Pedro es el departamento más extenso de la provincia de Misiones donde en los últimos años las zonas carenciadas se han triplicado, siendo necesario la puesta en funcionamiento de merenderos a fin de palear algunas de las necesidades. 
El incremento de menores que asisten a estos espacios aumentó exponencialmente tornando difícil la sustentabilidad de los 30 merenderos que son financiados por organizaciones y de forma voluntaria, recibiendo, en algunos casos, asistencia por parte del municipio.
Los merenderos funcionan en la zona urbana y colonias que cuentan con sectores urbanizados, como Terciados Paraíso y Colonia Puerto Argentino. En total, suman más de 30, donde asisten unas 65 personas en cada uno de ellos, sumando unos dos mil, entre menores, embarazadas y ancianos. 
Diez de esos espacios reciben asistencia por parte del municipio, mientras que los restantes funcionan con voluntad de organizaciones como la Agrupación Darío Santillán, Polo Obrero, FOL, Corriente Clasista Combativa, Pueblo Unido y Movimiento Nacional Campesinos Indígena.
En el caso de la Agrupación Darío Santillán, cuando comenzaron a fundarse en la localidad, notaron la enorme necesidad por la que atraviesan las familias en los barrios como Irrazábal, Santa Rosa, Cristo Resucitado, Ex Cancha de Aviación, barrio Escuelita y Puerto Argentino, por lo que decidieron trabajar para que los niños reciban una merienda, en algunos casos, el único alimento que tienen en el día.
“Nosotros empezamos con los merenderos, hoy tenemos once en total, viendo la difícil situación de las familias pusimos en funcionamiento tres comedores. Día a día notamos el aumento de niños, en total asistimos a 400 menores. Es posible sostenerlos mediante el aporte que recibimos de la agrupación y lo que cada integrante colabora”, señaló Raul Arnold, referente local de la agrupación Darío Santillán.
También hay personas que de forma voluntaria, día tras día, redoblan esfuerzos para conseguir la leche, azúcar y harina, que permita continuar ayudando a quienes menos tienen. Tal es el caso de la familia de María Kenpka, que hace más de un año, puso en funcionamiento el merendero Más Allá de un Sueño, al cual asisten más de 50 niños en el barrio La Tosquera. 
En un primer momento servían la merienda tres veces por semana, sin embargo la crisis económica los golpea muy de cerca. 
“Acá ya no estamos recibiendo asistencia, de no recibir más ayuda, se nos hace imposible seguir, hacemos todo a pulmón, nos duele en el alma porque vemos que los chicos esperan la merienda, pero ya no tenemos como sustentarlo”, mencionó con enorme tristeza, María Kenpka.
En lo que respecta la asistencia municipal, la demanda es muy alta, agotando los recursos para asistencia social. 
“Existen muchos pedidos de los barrios, pero no contamos con los recursos económicos, creemos que con la puesta en marcha del plan alimentario la situación mejorará. Lo ideal sería erradicar los merenderos y crear fuentes de trabajo para esas familias. Desde el Ejecutivo Municipal se hace un enorme esfuerzo para brindar ayuda una vez por semana pero la realidad es muy difícil”, indicó el responsable del área Luis Bogado. 

(Fuente: E.T)

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