Si Valentino Mattive quisiera sacar el registro de conducir en Oberá tendría que esperar a cumplir 17 años, lo mismo que en Posadas. Ahora solamente los padres podrían autorizarlo a que conduzca ciclomotores de baja cilindrada.
Sin embargo, ayer el pibito Valentino Mattive, en su ciudad natal, emocionó una multitud que fue al autódromo de la Capital del Monte para disfrutar una de las carreras más vibrantes de los últimos tiempos con un marco espectacular de público que no se veía hace tiempo.
Valentino tiene apenas 16 años y se impuso en la categoría más importante, la más competititiva y donde están los automóviles más veloces, la clase 3 del Misionero de Pista. En rigor, fue le más veloz del fin de semana y se impuso a los otros 83 pilotos que participaron en las cinco categorías del Misionero de Pista.
Los expertos no se pusieron de acuerdo si es un récord histórico porque habría que bucear en los archivos para decir si nunca antes hubo un piloto tan joven en ganar semejante carrera.
Pero ayer en el autódromo Mattive voló literalmente. Hizo las 14 vueltas de la carrera de Clase 3 con su Gol en 20m 44s876/100. Ganándole a los experimentados Luciano Viana y Juan Pablo Urrutia, que completaron el podio. En cuarto lugar quedó otro piloto importante, como Santiago Viana.
Las categorías del Pista Misionero
La Clase 3 es la más importante del Turismo Pista y ayer presentó la cifra de 16 automóviles en competencia.
La segunda categoría más fuerte es el TC4000 (con esos autos que se parecen a los del Turismo Carretera) y allí el ganador, el también experimentado Javier Kupski, realizó las 14 vueltas de la carrera en 20m 49s y 556/1000. Es decir, 5 segundos más que el pibito Mattive.
Le siguen en importancia la clase 1 (Fiat Uno), cuyo ganador fue Julio Abente (21m07s258/100) que presentó 24 automóviles y la Copa Fiat 1.4 (Fititos) con José Luis de Lima como ganador (20m53s553/100) y luego el TCM donde se impuso Bruno Madelaire (9m33s278/1000 se corrió a 6 vueltas).
Mattive ganó de principio a fin en la cuarta fecha de esta temporada de Turismo Pista, donde se puso en juego el Gran Premio 94° Aniversario de Oberá.
“La clave fue, antes que nada, encontrar el chasis, que lo encontramos entre el segundo entrenamiento y la clasificación del sábado. Hicimos un par de cambios que le cayeron bien al auto. Y después clasificar primeros, mantenernos adelante en la serie y a la hora de la final aguantar a De Lima y a Lucho, que sabíamos que eran fuertes. Fue una jornada de mucha alegría”, dijo el pibito, tras el carrerón.
(Fuente: Plan B)
