sábado, 20 abril, 2024

Mató a su pareja a tiros y se suicidó: tres menores quedaron huérfanos

Era de noche cuando el martes llamaron a la casa de Colonia Itacuruzú, a unos 20 kilómetros de Montecarlo, donde hace apenas un día vivía Nelson Araujo (26). Su primo y la pareja de éste habían llegado allí preocupados por su paradero, luego de no tener noticias por varias horas. Golpearon las manos, golpearon la puerta, gritaron, pero no tuvieron respuestas. Los visitantes sabían que allí también estaba Cinthia Lemos (28), con quien su familiar estaba en pleno proceso de separación.

Primero pensaron que habían bebido y se quedaron dormidos, pero no tardaron en darse cuenta que algo estaba mal. Al hombre, no le quedó otra que tumbar a patadas la puerta llaveada por dentro. Y en el interior descubrió un nuevo caso de femicidio seguido de suicidio.

El segundo en menos de un mes ocurrido en la provincia de Misiones. Un bebé de apenas 8 meses, otro niño de 10 y una nena de 7 se quedaron huérfanos, víctimas directas de la violencia machista más extrema. Los dos más pequeños eran hijos de ambos y el mayor sólo de Lemos.  En un lugar de muy poca señal telefónica, efectivos de la Policía local tomaron conocimiento del hecho cerca de las 22.30 y se dirigieron de forma inmediata a la escena. Luego arribaron efectivos de la Policía Científica, un médico y la División de Investigaciones de la Unidad Regional III.A simple vista, los cuerpos presentaban heridas de armas de fuego.

El cadáver de Lemos tenía un disparo en la cara que le atravesó el cráneo y otro en el pecho sin orificio de salida. Él sólo tenía una herida, también frontal, arriba de la nariz. Se determinó que ambos cuerpos fueran remitidos a la Morgue Judicial para la correspondiente autopsia. Se secuestraron dos rifles de distintos calibres, cartuchos y vainas servidas. Los familiares que estuvieron en el lugar descartaron el faltante de elementos, por lo que rápidamente los pesquisas se cerraron sobre la hipótesis del crimen seguido de suicidio. 

ViolenciaFamiliares y fuentes policiales detallaron a un medio provincial que Lemos, oriunda de Corrientes, desde hace mucho tiempo era víctima de violencia de género e incluso hizo varias exposiciones. Temía por su vida. La última vez que lo denunció fue en mayo y entonces la pareja decidió terminar, aunque el círculo de violencia no se rompió. Desde hace unos meses se mudaron con sus hijos a una casa de alquiler en el barrio San Marcos, que queda en el casco urbano de Montecarlo.

Anteriormente vivían en la Colonia Itacuruzú, en el mismo lugar donde se descubrió la terrible escena.  El domingo todos compartieron el día con familiares en otra vivienda y por la noche ella contó a una amiga que tenía dolores en el pecho porque su concubino la había empujado de manera brusca por querer revisar su celular. El lunes el presunto femicida se fue a trabajar y al regresar por la tarde encontró a Cinthia compartiendo unos  tragos con una vecina y otro joven. Eso motivó una nueva discusión, debido a sus enfermizos celos.  Entonces, Araujo fue a la casa de un familiar y pidió ayuda para cargar sus cosas en su vehículo manifestando que se había separado y que volvería a vivir a Itacuruzú. Su pariente le sugirió hacer una exposición para dejar asentado que abandonaba el lugar, algo que concretó.  Dejó sus pertenencias Itacuruzú, volvió y pasó la noche en lo de su primo, que vive al lado de la casa donde habitaba con su familia.

En la mañana del martes decidió no ir a trabajar, porque quería hablar con su ex pareja. Compartió mates con su primo, quien lo notó tranquilo y pensativo. Para eso, los hijos menores de la pareja se quedaron allí y el mayor con una vecina. El terreno quedó preparado para el peor de los desenlaces. La pareja mantuvo la conversación cerca de  las 10 de la mañana y, según los familiares, hubo amenazas por parte de él para matar al perro que estaba en la colonia. Finalmente, ambos se fueron, en motos diferentes, al lugar. Pasadas las 20, la esposa del primo comenzó a preocuparse porque ninguno regresaba y los niños seguían en la casa esperando. Por eso, decidieron  ir a Itacuruzú. Allí se toparon con los dos cuerpos. 

“Mirábamos todas las motos que cruzamos por el camino a ver si eran ellos. Llegamos y mi esposa vio por una rendija los pies de Cinthia, entonces yo golpeé la puerta, le grité a ver si abría, porque primero pensé que se juntaron, tomaron y de tanto alcohol se durmieron o algo así. Como no abría y estaba llaveada la puerta rompí y me encontré con los dos tendidos. Con ayuda de los vecinos, llegó la Policía”, contó el testigo a un medio provincial, aún consternado.

No quiso revelar su identidad. Ahora, los tres menores están a la guarda de sus tíos, hermanos de las víctimas, quienes también son pareja y manifestaron que se harán cargo. Desde el municipio le brindaron las asistencias necesarias  y desde la Dirección de la Niñez acompañarán a gestionar la ayuda como padres sustitutos y salario. Desde la semana próxima también tendrán la asistencia psicológica para brindarle contención y que la revinculación con sus tíos sea más llevadera.En el caso interviene el Juzgado de Instrucción Uno de Eldorado, a cargo del juez Roberto Saldaña. 

(Fuente: El Territorio)

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