jueves, 28 marzo, 2024

Fue a bailar, lo echaron del boliche y dos días después lo encontraron muerto en el río Paraná

Fueron 48 horas de búsqueda y espera. De acusaciones y de agujeros en una historia que aún tiene varios puntos sin resolver. El domingo Carlos Daniel Orellano (23) había ido a bailar a un boliche de la costanera de Rosario. Su familia afirma que fue golpeado y echado del lugar el lunes a la madrugada. Este miércoles Prefectura encontró su cuerpo en el río Paraná, según confirmó su padre.

Desde un primero momento, la familia de Orellano sostuvo como hipótesis “fundamental” que el joven había caído el joven al río Paraná, luego de ser agredido por policías y patovicas.

Este miércoles, antes del hallazgo del cuerpo, la Justicia había empezado a avanzar sobre esas líneas de investigación. Confirmó el secuestro de los teléfonos de todo el personal que estuvo en el lugar y abrió otra causa paralela ante posibles demoras por parte de la comisaría que debía darle curso a la denuncia.

“El lunes hubo orden de intervenir y cautelar cámaras y esto no se habría producido”, explicó Salvador Vera, quien asesora a los padres de Orellano.

Al no activarse el protocolo de búsqueda, el boliche Ming River House abrió sus puertas la noche siguiente y eso complicó la búsqueda de pruebas para reconstruir el hecho.

Sin embargo, los amigos de Carlos encontraron rastros de sangre en el mismo sector donde varios testigos afirman que quedó acorralado luego de que lo sacaran del local ubicado cerca de la Estación Fluvial.

Este miércoles por la mañana, cuando aún no se había conocido el hallazgo del cuerpo, Edgardo Orellano había afirmado: “Para mí cayó inconsciente porque dicen que nunca salió a flote. La otra es que haya salido, lo hayan agarrado y se lo hayan llevado”.

Angustiado ante la situación, denunció que a su hijo lo golpearon tanto dentro como fuera de la disco y que “el ‘delito’ que cometió fue haber entrado al VIP sin pulsera”.

Los familiares del joven plantean que Orellano acostumbraba a ir al río y a la isla, y que su padre es pescador, por lo que sabía nadar.

“Había dos de camisa blanca y otro de ropa más oscura. Eran las 5, todavía no había mucha claridad. Hubo gente que se detuvo a mirar cómo discutían, le pegaban y lo apretaban. Si quedaba de este lado (en referencia a la parte de la costanera que está protegida por una baranda), lo mataban”, aseveró el padre de Carlos ante la consulta de Canal 3 sobre los testimonios que durante la jornada seguía recabando el Ministerio Público de la Acusación (MPA) al margen de la búsqueda.

A través de un comunicado, el organismo judicial detalló que el operativo en el río incluyó lanchas y buzos tácticos desde que la policía dio aviso sobre la desaparición.

Este miércoles se habían sumado perros de rastreo para barrer la zona costera, aunque el Paraná no fue el único lugar donde los investigadores intentan echar luz para dilucidar qué pasó con Carlos.

En el corazón del centro rosarino, la Fiscalía allanó la Comisaría 2° y secuestró el libro de guardia por la “tardanza” del personal a cargo de tomar ciertas medidas tras recibir la denuncia de la madre del joven. Al margen de esta causa en manos de la unidad de Violencia Institucional intervino por estas irregularidades la Agencia de Control Policial, ex Dirección de Asuntos Internos.

El MPA ya tiene en su poder el material informático procedente de las cámaras de Ming, así como de los equipos de videovigilancia en la zona cercana. También solicitaron la lista de empleados del boliche junto con los nombres de cualquier otra persona contratada eventualmente para la apertura del domingo.

(Fuente: Clarín)

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