Luego de la primera misión técnica en la Argentina bajo el gobierno de Alberto Fernández, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró hoy que la deuda pública del país “no es sostenible” y reclamó una “apreciable” quita a los acreedores privados.
La contundente definición del Fondo fue publicada esta tarde en el comunicado oficial del cierre de la misión en el país. Allí no especificó cuál sería una quita recomendable ni si debería ser de capital, intereses o una combinación. Sin embargo, para la misión quedó claro así que un reperfilamiento no es suficiente para retomar la sustentabilidad. El organismo reclamó además una “operación de deuda definitiva”, o sea, una reestructuración única y profunda.
En tanto, no hubo ningún detalle en el comunicado sobre el programa Stand-By Agreement (SBA) de US$57.000 millones que el Fondo mantiene aún vigente con el país. En ese caso, según los estatutos del FMI, no existe una posibilidad de quita ni de capitales ni intereses. La semana pasada, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, había reclamado al organismo una quita de la deuda, cuyos vencimientos más pesados son en 2022 y 2023.
Para un reperfilamiento de esos vencimiento, el país debería ingresar en un nuevo programa, según las regulaciones del organismo. Es algo que las autoridades argentinas ya entienden. Se trataría de un paso importante, ya que el FMI tradicionalmente fue parte de todas las grandes reestructuraciones de deuda. Un acuerdo con el organismo facilita -por las metas y planes comprometidos- la aceptación de los bonistas privados en un proceso de renegociación.
Por otro lado, parece complejo el cierre de una reestructuración con los acreedores privados -la oferta oficial final debería llegar a mediados de marzo- si estos no conocen qué ocurrirá con los vencimientos más pesados del SBA del Fondo en los próximos cuatro años.
Los nuevos pasos sobre la negociación de la deuda con el Fondo serán sopesados en una reunión que mantendrán el fin de semana el ministro de Economía, Martín Guzmán, y la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva en Arabia Saudita donde participarán de la reunión que se llevará a cabo para ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales del G20. Ayer, una columna publicada en el Financial Times, Georgieva afirmó que revisarán las recomendaciones que el organismo ofrece a los países emergentes, sobre todo en materia de controles de capitales, intervención en el mercado cambiario y política monetaria. Pese a que mencionó el sacudón financiero de 2018, no puso como ejemplo a la Argentina.
“A la luz de estos desarrollos, y sobre la base del análisis de la sostenibilidad de la deuda de julio de 2019, el personal del FMI ahora evalúa que la deuda de Argentina no es sostenible”, afirmó el comunicado del Fondo publicado esta tarde. A mediados del año pasado, el Fondo estimaba que la deuda era sostenible, pero no con una alta probabilidad.
“Específicamente, nuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible”, describió el organismo multilateral luego de que el Luis Cubeddu y Julie Kozack, enviados del Fondo, revisaran a fondo los planes oficiales.
El Fondo sentenció: “En consecuencia, se requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados, para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidad. El personal del FMI hizo hincapié en la importancia de continuar un proceso colaborativo con los acreedores privados para maximizar su participación en la eventual operación de deuda”, que para el organismo debe ser de buena fe.
El comunicado del FMI recalcó, en tanto, que las negociaciones que encabezaron los enviados del FMI con el ministro de Economía fueron “productivas”, específicamente en lo referido a “los planes y políticas macroeconómicas” del Gobierno. Uno de los reclamos del staff del Fondo en el pasado -y de los acreedores privados- era la falta de detalles y precisiones sobre un plan económico coherente y prudente sobre la lucha contra la inflación, loso supuestos de crecimiento, los balances fiscal y comercial, y el tipo de cambio real. Algunos de esos números, tras los conceptos de Guzmán en el Congreso, parecen haber sido hallados por la misión en Buenos Aires. Aunque nada se mencionó en el comunicado sobre reformas estructurales para impulsar inversiones y exportaciones, y el futuro de los controles de capitales a mediano plazo.
“Las autoridades argentinas están actuando para resolver la difícil situación económica y social que enfrenta el país. Han implementado un conjunto de medidas para atacar la problemática de la pobreza y estabilizar la economía. Se ha buscado aumentar la recaudación en parte para financiar un mayor gasto social, que por lo general está dirigido a atender las necesidades de los más vulnerables”, siguió el comunicado publicado por la misión.
“Las reservas internacionales y el peso se han estabilizado con el apoyo de los controles de capital y el superávit comercial. La inflación y las expectativas de inflación han bajado en los últimos meses, pero esfuerzos adicionales serán necesarios para reducirlas aún más desde sus altos niveles actuales. Las autoridades también se encuentran en un proceso para garantizar una resolución sostenible y ordenada de su situación de deuda”, completó.
(Fuente: L.N)