jueves, 28 marzo, 2024

Cuestionan que no se haya creado un comité de expertos para evaluar la crisis económica 

Ante el difícil contexto desplegado por la pandemia, los problemas económicos se extienden sobre diferentes sectores y se suman a las preocupaciones sanitarias que afectan a la población.
Así, con una suma de inquietudes dentro de un escenario muy dinámico de anuncios y consecuencias, en diálogo con “El Aire de las Misiones” por FM 89.3, José Piñeiro Iñiguez, exvicepresidente del Citibank y máster en negocios en Harvard, consideró que “probablemente la nueva enfermedad con la que estamos conviviendo es el impacto económico en el bolsillo de todas las personas”.
“Lo llamativo es que todos vimos que se conformó un comité de expertos para atender la crisis sanitaria, se convocó a los mejores especialistas, infectólogos y demás. Pero no se vio que se tratase de la misma manera el aspecto económico que va a derivar de esta crisis. No hay un comité de expertos económicos funcionando, sabiendo y analizando cómo se puede salir del camino al que estamos yendo”, expresó y agregó: “Es indispensable que haya personas que estén pensando en el día después, pero ese día después ya pasó, el impacto de la economía está pasando hoy día a día desde que arrancó la cuarentena”.
Al mismo tiempo, sentenció: “Con el arranque de la cuarentena se profundizaron los problemas que tenía nuestra economía. Y esos impactos de la economía golpearon directamente en los bolsillos de la gente. Hoy los comercios, las cafeterías, los profesionales, están teniendo la merma de sus ingresos. Al carecer de los ingresos no pueden pagar sus cuentas, ni sus obligaciones, esto trae una rotura de la cadena de pagos”.
En relación a esto cuestionó que “el Gobierno actúo muy lentamente, está actuando en cómodas cuotas, no llega efectivamente al bolsillo de la gente. No supo distinguir algo muy básico, entre lo urgente y lo importante. El Gobierno trabajó sobre lo que consideraba que era urgente, pero también debería trabajar paralelamente sobre lo que va a ser importante, que es lo que va a quedar”.
“Por las consecuencias que esto genera y el problema de arrastre que tiene la economía, debería haber un comité que trabaje denodadamente, algo amplio, multifacético, multisectorial, atendiendo los temas económicos. Además tendría que haber sido el momento en el cual Argentina podría encontrar un consenso para establecer un plan más allá de los colores políticos, que fuera cumplible y que tuviera expectativas determinadas para contárselo a la población”, afirmó.
 
Impacto en las PyME
Al ser consultado sobre el nivel de impacto que sufren las pequeñas y medianas empresas, manifestó: “Los políticos tienden por no contar la verdad de lo que está pasando o de cambiarla. Entonces aparecen medidas donde les dicen a la gente ‘te vamos a dar préstamos a tasa cero’, o que el Estado se hará cargo de los salarios de las empresas, o que se va a diferir el pago de la AFIP, o que no se pagarán las tarifas de los servicios, y la gente se queda con eso porque es una medida positiva para su economía personal. Pero cuando llega la realidad, nunca se encuentra el banco que otorgue los depósitos para pagar los salarios en las empresas, el monotributista no encuentra el préstamo que le da tasa cero, en las tarjetas de crédito el diferimiento el Gobierno dice que será a 43% pero la tasa real es a 74%. Todo este tipo de cambios entre lo que se dice y lo que se hace provoca la primera gran distorsión en las personas, por no contar la verdad de lo que va a pasar”.
“Paralelamente, dentro de este contexto, las PyME, microempresas, monotributistas, tienen dificultades enormes porque deben cumplir sus obligaciones con fondos propios. La ayuda del Estado llegó en cuentagotas y solamente para los más grandes. Las empresas PyME que tienen 10 empleados, deben pagar sueldos, obligaciones, impuestos, y lo tienen que hacer con recursos propios que en muchos casos lo tienen. La primera duda es para cuánto tiempo más les alcanza. Pero también hay otros casos que directamente no tienen los recursos porque dejaron de percibir ingresos, y al dejar de percibirlos se da una fractura importante en la cadena de pagos. Las PyME son el escalón más débil de la cadena porque tienen muchas obligaciones y muy pocos recursos”, comentó.
 
Inflación y Producto Bruto
Con relación al estado de la inflación, Piñeiro Iñiguez opinó que “seguirá subiendo indefectiblemente, porque obviamente para atender esta crisis hubo que expandir la economía y tratar de cubrir todas las necesidades que las personas iban teniendo. Podemos decir que no se llegó en tiempo y forma, que la gente no está teniendo el dinero, que los sueldos se pagan de alguna manera irregular, pero la economía se expandió de una forma notable y va a seguir pasando. Esto va a impactar en los índices inflacionarios. Tendríamos que pensar en una inflación para este año que será del orden de entre un 60% y 70%, y esto también impactará, como ya se dio, en los niveles del dólar”.
“Si hoy cortáramos la cuarentena en el momento que estamos, la caída del Producto Bruto, la riqueza que el país genera, sería entre el 6% y 7%. En vez de crecer, el país va a decrecer en el orden del 6% al 7%. Si la cuarentena sigue 15 días más estaríamos cercanos a una caída del 8%, y por cada vez que se prolongue la cuarentena hay que pensar que la economía va a caer un 1% más”, aseguró y completó: “Esta caída significa que si nosotros pudiéramos recuperar este 8% que va a caer la economía en los próximos tres años que tiene este gobierno, eso sería un éxito impresionante”.
 
“Los bancos nunca debieron estar cerrados”
José Piñeiro Iñiguez, opinó que “los bancos nunca debieron estar cerrados, es más debieron trabajar de lunes a lunes para que la gente tenga la certeza que sus fondos están disponibles siempre”.
“Hoy el Gobierno tiene un problema paralelo, si abren los bancos la gente se dirigirá a retirar los depósitos. Eso sería una piedra más en el camión que ya lleva muchas piedras, pero demorar la apertura tampoco es la solución. Hay que encontrar una forma con la cual los bancos estén abiertos y el dinero de la gente esté absolutamente disponible”, recalcó.
A su vez, recordó que “se debe tener en cuenta que Argentina entró en un default de la deuda externa, eso afecta solamente a los dólares y los acreedores externos, pero mucho antes el país entró en un default local, o sea de los pagos de moneda local que los difirió hasta dentro de un año, esto ocurrió a fines de marzo. No hay que generar un problema parecido nuevamente. La gente tiene que tener la certeza absoluta que el banco está abierto y que los pocos fondos que disponga los puede encontrar en cualquier cajero”.
Al ser consultado sobre la conveniencia de renovar los plazos fijos, dijo: “Si las obligaciones y los recursos en plazo fijo son en pesos, conviene renovarlos. El Estado intervino en esto y puso un mínimo de tasa de interés para los bancos. Porque los bancos nuevamente se estaban aprovechando de esta oportunidad y bajaron los plazos fijos a tasas del 14% al 15%, contra una tasa activa del orden de los 70%. Por eso el Banco Central fijó para las personas una tasa mínima en los plazos fijos del orden del 25% o 26%. Por lo cual si las personas tienen recursos en pesos para no usar en este momento, y sus obligaciones futuras serán en pesos, obviamente les conviene seguir en plazo fijo”.
Por otro lado, sobre el temor que podría despertarse en la gente con el apuro de sacar los dólares de los bancos, manifestó: “Lo peor que nos puede pasar ahora es entrar en una pandemia de riesgo. No se avecina un problema de liquidez en la sociedad, que el Gobierno no pueda devolver los depósitos es algo que no va a pasar. La gente tiene que estar muy tranquila con eso. El Banco Central tiene las reservas suficientes como para abastecer este mercado. Que la gente saque sus dólares si los necesita realmente, caso contrario el mejor lugar para esos dólares es el banco”.
Finalmente, en base a las negociaciones que se realizan por la deuda externa, contempló que “Argentina presentó un plan y pretende que los bonistas lo aprueben como lo presentó pero esto no va a ocurrir. Hay que entender que el acreedor no es un asesino, solamente quiere cobrar, pero además hoy el acreedor tiene el mismo problema que Argentina, quiere salir ordenadamente, componer un acuerdo, llegar a un plan cumplible y dejar el tema Argentina en el olvido”.
“Los acreedores son los primeros interesados en resolver este problema. En el conflicto directo Argentina va a perder”, culminó.

(Fuente: Primera Edición)

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