viernes, 29 marzo, 2024

Cuando nada te impide avanzar: Estudia Derecho y vende panificados en la calle para solventar sus gastos y mantener a su hija

Su nombre es Valeria Galeano, tiene 28 años y es oriunda de Puerto Iguazú. Además de estudiar, es madre soltera de una hermosa nena de 6 años.
Hace unos días se había viralizado en las redes sociales una foto suya, donde aparecía junto a una bandeja de facturas y donde expresaba no avergonzarse de venderlas por la calle, para salir adelante.

Un medio Provincial entabló diálogo con la protagonista y ella contó que (además de ser una progenitora ejemplar) se encuentra cursando específicamente el segundo año de la carrera de Abogacía, modalidad a distancia, en la Universidad Nacional del Chaco Austral. Lo que me motivó a estudiar esa carrera, es ver tantas injusticias. Por muchos años estuve pensando qué estudiar, porque desde la secundaria pensaba que quería ser una profesional y lo único que me apasiona es ésto: las leyes».

A causa de la pandemia, la joven perdió su trabajo. «Antes de empezar la cuarentena, me encontraba trabajando de moza eventual en un hotel. Luego de que se parara todo quedé sin trabajo y ahora es muy difícil conseguir» afirmó.

En referencia a la imagen replicada en redes aseveró «por eso decidí salir a hacer venta ambulante de cosas dulces y saladas, para solventar gastos que conllevan los estudios y además para sacar adelante a mi hija».

Valeria no es quien amaza los panificados pero si es quien los ofrece «la que cocina es mi vecina y su familia, quienes tienen una confitería. Yo sólo me encargo de vender, pero estoy muy agradecida con ellos (familia Ortiz) por confiar en mí».

Emocionada sostuvo «debo confesar que me gusta lo que hago, no siento miedo ni vergüenza, y sé que algún día Dios va a recompensar mi esfuerzo y valentía».

Cabe señalar que esta luchadora no tiene ningún tipo de ayuda, como ser beca o plan a nivel municipal, provincial o nacional «siempre intento seguir estudiando con mucho esfuerzo, a veces con ayuda de mi mamá, fuerza de voluntad y con el deseo de poder llegar a la meta, al sueño de ser abogada» remarcó.

Con las ventas, Valeria se mantiene junto a su niña. Vive en el mismo terreno que su abuelo de 82 años, a quien ayuda haciendo mandados en el supermercado, cuando va al doctor y en la compra de remedios «porque además es paciente de diálisis y usa una sonda, por lo que casi no sale de su casa» comentó.

Nuestra protagonista lo tiene claro: no hay logro sin esfuerzo. Por eso, sale muy temprano de su casa. «Recorro por la mañana el centro y por la tarde, algún barrio bastante transitado. Todo el que quiera comprar, siempre es BIENVENIDO».

Una prueba más «de que si se quiere, se puede». Y que el único límite, se lo pone uno mismo.

(Fuente:Agencia Misiones)

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